¿Querés una historia de terror, miedo, desesperación y cuiqui? Agarrate, Catalina, porque el relato de hoy te va a helar la sangre…
Todo comenzó cuando misia María Luisa Auvert Aurnaud, estanciera y multimillonaria, encargó a un arquitecto catalán la construcción de un edificio de departamentos para vender. Pero le quedó tan lindo el edificio que misia María Luisa se instaló allí con sirvientes, perro y loro.
Poco a poco, misteriosamente, los sirvientes se le fueron yendo ¡Ya no querían trabajar en ese tenebroso lugar! Se escuchaban los gritos de julepes de la señora o de los pocos sirvientes fieles.
Una noche, en silencio, la señora Auvert abandonó la casa y se recluyó en su estancia…(continua)
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