"Debes juzgar a tu amigo de manera justa", está escrito.
Esto suena inicialmente como otra lección espiritual que la mayoría de nosotros ya ha escuchado antes.
En realidad hay una razón egoísta muy importante de por qué necesitamos juzgar a otros de manera justa.
Hace mucho tiempo, en el Templo Sagrado, había un espejo en el cual la espiritualidad de una persona podía ser vista.
Hoy, porque el templo no existe, cada persona es un espejo para las otras.
Lo que ves en otras personas está realmente dentro de ti.
Cuando juzgas algo que no te gusta de otro, básicamente estás resaltando tus rasgos negativos.
Hoy, cada vez que un juicio entre a tu mente, pregúntate, "¿Qué es lo que la Luz me está mostrando acerca de mí mismo ahora?"
Formular la pregunta te llevará a tu respuesta.
Una vez que hayas visto tus propias imperfecciones, inmediatamente sentirás más misericordia hacia la otra persona, y hacia ti mismo.
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