La mayoría de nosotros estamos atorados en el fango preocupándonos acerca de lo que será mañana o siendo duros con nosotros mismos culpándonos por lo que fue ayer.
¡Imagina qué cielo en la tierra sería si ya no existieran el miedo o la culpa!
No, seriamente, imagina cuán pacífica y productiva sería tu vida si fragmentos de miedo y culpa ya no anduvieran desenfrenados a través de tu conciencia.
Sin todo ese parloteo deteniendo el fluir de tu vida, ¿qué harías diferente hoy?
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