Para muchos de nosotros, cuando empezamos a conectarnos con la Kabbalah, empezamos a desconectarnos de ciertas personas, situaciones, y comportamientos que no eran realmente saludables para nosotros.
Por la razón que sea, no veíamos qué tan tóxicas eran esas relaciones o actividades . Es un regalo el ser capaz de verlo así, pero es también doloroso. Y es parte del proceso espiritual.
Como mi madre y maestra Karen Berg explica: "es como tomar una ducha y ponerse ropa limpia: si una persona está tratando de acercase a Dios, tiene que permitirse ser limpiado antes de que pueda ponerse ropa espiritual nueva".
La próxima vez que experimentes un reto como éste, detente un momento y recuérdate que ¡Dios está únicamente tratando de animarte para que tomes una ducha!
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