domingo, junio 29

La historia de Alfredo De Angeli y la rebelión del campo en un libro (ya está editado)

El líder de la Federación Agraria de Entre Ríos es el eje de un libro que recorre su vida y la historia de la rebelión de los chacareros. "El agitador", se llama, editado por Planeta y escrito por el periodista Adrián Murano.

En el campo que trabaja junto a Atilio, es él quien se encarga de negociar los precios de los herbicidas, el que pelea el valor de las semillas, el que se junta con el contador para desgravar costos y liquidar impuestos.
De Ángeli sabe, porque hizo las cuentas, que en los últimos dos años las cosechas rindieron como nunca: unos 200.000 pesos limpios por campaña, para repartir entre él y su hermano, para invertir algo en máquinas y capital. Una renta neta de 100.000 pesos por semestre no es, precisamente , lo que la audiencia caracterizaría como un pobre chacarero de las chacras"

Alfredo De Angeli, correntino, llano como la mismísima pampa, se ha convertido en uno de los grandes personajes del año. Y ya tiene quien lo cuente, en un libro que recorre su vida y la historia de la rebelión de los chacareros. "El agitador", se llama, editado por Planeta y escrito por el periodista Adrián Murano.

Además de describir el trabajo de De Angeli en el campo, el libro avanza sobre sus posiciones políticas y sus creencias, que no son otras que las de un hombre común al que no han encandilado las luces del centro. Curiosidades: varias veces se ha cruzado con el ex presidente Néstor Kirchner, quien lo trataba de maravillas cuando De Angeli era uno de los ambientalistas que cortaba la ruta en contra de las pasteras de Uruguay.

Aunque De Angeli se define como "tirando a radical", sus simpatías lo muestran errático: votó a Kirchner en 2003 y a Pino Solanas en 2007, ahora admira a los Rodríguez Saá de San Luis, aunque también le gusta mucho el socialista Hermes Biner y "votaría" a Elisa Carrió, a pesar de que le asustan sus "presagios apocalípticos".

Del De Angeli más intimo fascina la profundísima relación que lo une a su mellizo Atilio, con quien compartió cama durante su infancia en la estancia familiar de María Grande, a 80 km. de Paraná. O la fascinación por su padre, a quien todavía llora como a un chico y quien le dejó como legado la admiración por los caudillos federales del pasado.
Aparece también el De Angeli que se casó con una docente de aspecto frágil y carácter fuerte, con la que tuvo tres hijos, y de quien se separó en 2006.
Fue entonces cuando se volcó de lleno a la lucha gremial, en la que había ingresado en los años ochenta.

Su fuerte, está visto, es la oratoria, una herramienta que no abundaba por sus pagos y no sobra en el país. "De Angeli -cuenta el libro- traía la virtud desde la cuna. Por eso las maestras lo elegían para que representara a los próceres en los actos escolares. O para que hiciera los recitados...".

De Angeli y su hermano, o "Los Melli", como les dicen, llevan 35 años arando la misma porción de tierra arrendada.
El líder de la Federación Agraria de Gualeguaychú, tampoco esconde contradicciones: aprueba a pesar de su gremialismo el trabajo en negro en el campo, y admite, sin rubores, que la unión con la Sociedad Rural es más "un amontonamiento" que una unión.
Pero no duda en su posición: "El camino por el que nos llevan conduce a la pobreza: ya vivimos lo que nos pasó en los noventa, por eso salimos a protestar"

campoenacción

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