MARTES 15 DE JULIO DE 2008
Una ilusión en la vida que nos mete en grandes aprietos es la sensación de que no hay suficientes cosas buenas para todos.
Es como ver como se van comiendo tu postre favorito frente a tus ojos y todo el mundo se sirve un grande y jugoso pedazo, y todavía no está ni cerca tu turno. Comienzas a pensar que no va alcanzar para ti, así que rápidamente empiezas a maquinar estrategias para asegurarte de que definitivamente recibas tu pedazo.
La mayoría de nuestros pensamientos diarios se centran en evitar que otros reciban los suyos.Ahora imagina el alivio que sentirías si el mesero saliera de la cocina cargando dos bandejas más del postre, recién salidos del horno, y anuncie que hay bastantes más horneándose. Te darías cuenta entonces que había más que suficiente para todo el mundo, y también que no había necesidad de gastar toda esa energía en estresarte por tu pedazo, su tamaño, la calidad, el orden en que lo recibiste.
Podías haberte relajado y simplemente haber pasado el tiempo agradablemente.
Sigue trabajando, moviéndote hacia delante, compartiendo y ocupándote de la gente que se cruce en tu camino. Te llegará tu pedazo a su debido tiempo.
Mientras más duro trabajes por este, mejor sabor tendrá.
kabbalah
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