SÁBADO 2 DE AGOSTO DE 2008
Si has estado leyendo estos correos o cualquier mensaje del Centro de Kabbalah, estás acostumbrado a nuestro característico lema: ¡El secreto que cambiará tu vida!
Bueno, tengo otro. Paciencia. Un gran secreto. INMENSO.
Y lo descubrimos cuando algún tipo de crisis nos lleva a caminar por el sendero espiritual.
Al principio, porque somos tan débiles y humildes, estamos agradecidos por cualquier amor que llega a nosotros.
A medida que empezamos a caminar más rápido, con más confianza en nuestro paso, nos familiarizamos con el paisaje de los milagros, y sabemos que hay regalos que vendrán a nuestro encuentro mientras sigamos caminando.
Después de un tiempo, nos impacientamos por la demora de los regalos, como si se nos debiera algo. Escaneamos el Zóhar y luego miramos hacia arriba, esperando que nuestra alma gemela salte a nuestro autobús. O donamos dinero y esperamos un aumento de salario. Nos impacientamos con Dios.
Paciencia es darle a Dios espacio para realizar su trabajo. Es saber que obtendremos lo que merecemos cuando el momento sea correcto. Ese momento puede llegar cuando menos lo imagines..
Hoy, olvídate del resultado. Sólo haz tu trabajo, y envía tus deseos y oraciones al universo. Puedes encontrar las cosas que buscas gracias a tu paciencia.
kabbalah
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