Asìs, ciudad bendita
"Señor, creo que esta ciudad fue en tiempos antiguos morada y refugio de hombres malos e injustos, mal vistos en todas estas provincias; pero veo que, por tu desbordante misericordia, cuando tú has querido, le has mostrado las riquezas de tu amor, para que sea morada y habitación de quienes te conozcan, den gloria a tu nombre y difundan en todo el pueblo cristiano el perfume de una vida pura, de una doctrina ortodoxa y de una buena reputación. Te pido, por tanto, Señor Jesucristo, Padre de las misericordias, que no tengas en cuenta nuestra ingratitud, sino que recuerdes siempre la abundante misericordia que has manifestad en esta ciudad, para que sea siempre morada y estancia de quienes te conozcan y glorifiquen tu nombre bendito y glorioso en los siglos de los siglos. Amén" (S. Francisco, días antes de morir).
Asís umbra y romana
En el corazón de Italia y de la región umbra, Asís, más que asentada, está como aferrada a una estribación del monte Subasio, del que parece que derive su nombre (asio equivale a monte). Asís fue romana desde que los latinos se impusieron sobre umbros y etruscos (295 a.C.), y gozó de la categoría de municipium (89 a.C.), con los consiguientes derechos de la ciudadanía romana. En su amplio territorio, delimitado por el Topino y el Chiascio, afluentes del Tíber, hay vestigios de un rico pasado: un teatro y un anfiteatro, las termas, la plaza del senado y el imponente templo (25 a.C.) dedicado a Minerva –la etrusca Menerva, correspondiente a la griega Palas Atenea-, diosa guerrera e inteligente, sabia y de buenas costumbres, protectora de estados y ciudades, promotora de las artes y el comercio, la cultura y la salud. Símbolo de paz, a ella se le atribuye la invención del olivo, gloria perenne de la tierra asisana.
El cristianismo arraigó pronto en la ciudad, gracias, sobre todo, a la labor evangelizadora de sus obispos mártires San Rufino y San Victorino. A la caída del Imperio, Asís sufrió asedios y destrucciones por parte de las hordas de Totila (505), pero aún formó parte, por un tiempo, del imperio bizantino, antes de ser tomada definitivamente por los longobardos del cercano ducado de Espoleto, entrando así en el largo periodo feudal.
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fratefrancesco
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