LUNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2008
Cuántas veces hemos dicho: “¡Ya te lo he dicho dos veces!”
¿Por qué será que tenemos toda la paciencia del mundo con nosotros mismos cuando cometemos algún error (algunos de nosotros), pero no tenemos la misma tolerancia con los demás?
Hoy, dale una oportunidad a los demás para que cambien. No seas tan rápido en juzgar.
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