JUEVES 19 DE MARZO DE 2009
Puedo sentarme y desde aquí darte todas las reglas metafísicas del manual de por qué no juzgar. Y aún así, decirle a alguien que no juzgue es como decirle que no respire. No puedes aguantar la respiración por mucho tiempo.
La clave es poner atención, estar consciente de tus juicios. Nota la reacción que estás teniendo hacia la persona. He ahí la clave. Sigue ese sentimiento. Te llevará hacia algo que no quieres confrontar. Puedes descubrir algo nuevo de ti mismo.
Hoy, cuando juzgues a alguien más, mira a aquello que estás juzgando. Puede servirte como espejo. ¿Qué te está revelando?
kabbalah
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