Asegura que fue amenazado por gente que responde a Lázaro Báez y que tiene más información contra el empresario kirchnerista. Galería de imágenes.
Federico Elaskar está tenso, ansioso, se para, pide agua. A medida que avanza la charla, se relaja. Su aspecto físico cambió. Algunas fotos de este artículo son inéditas, pero corresponden a 2014. No quiere que lo reconozcan otra vez por la calle. Está procesado por lavado de dinero en la causa contra Lázaro Báez, en la que el empresario K es investigado por el supuestoblanqueo de más de US$ 59 millones.
Hay desconfianza mutua. Esta periodista le recuerda que se desdijo después de la entrevista reveladora con Periodismo Para Todos en 2013. Elaskar dice que fue traicionado y asegura que no se va a desdecir esta vez: desde agosto de 2014, cuando pidió ampliar su declaración indagatoria ante la Justicia, es amenazado. “Yo no quiero terminar como el fiscal Nisman”, confiesa. Sin rodeos, apunta al empresario Lázaro Báez.
Por razones legales, no quiere hablar de la causa a cargo del juez federal Sebastián Casanello ni ahondar en los imputados: Báez, su hijo Martín y los abogados y contadores detrás de esta supuesta maniobra de lavado que se habría realizado desde SGI, la financiera de Elaskar, que quedó en manos de la suizaHelvetic Service Group y el abogado de Báez, Daniel Pérez Gadín.
—¿Por qué pidió postergar su nueva indagatoria?
—Por razones médicas que nacen a raíz de mi primer pedido de ampliar mi indagatoria ante el juez el año pasado. A raíz de ese pedido, sufrí amenazas constantes hasta la fecha. Por eso, la primera ampliación de indagatoria, cuando la solicitamos, inmediatamente la desestimamos. Después, el juez Casanello, en dos oportunidades volvió a llamarme a indagatoria y cada vez que me llamaba a indagatoria yo era amenazado. Las amenazas tres veces se hicieron en persona. Otras se han hecho por correo electrónico, por mensaje de texto. Mi defensa va a solicitar el lunes custodia de la Policía Metropolitana. Hay gente de inteligencia siguiéndome, a mí y a mi pareja. Hacen guardia por las noches en la esquina de mi casa. (continua)
—Por razones médicas que nacen a raíz de mi primer pedido de ampliar mi indagatoria ante el juez el año pasado. A raíz de ese pedido, sufrí amenazas constantes hasta la fecha. Por eso, la primera ampliación de indagatoria, cuando la solicitamos, inmediatamente la desestimamos. Después, el juez Casanello, en dos oportunidades volvió a llamarme a indagatoria y cada vez que me llamaba a indagatoria yo era amenazado. Las amenazas tres veces se hicieron en persona. Otras se han hecho por correo electrónico, por mensaje de texto. Mi defensa va a solicitar el lunes custodia de la Policía Metropolitana. Hay gente de inteligencia siguiéndome, a mí y a mi pareja. Hacen guardia por las noches en la esquina de mi casa. (continua)
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