jueves, abril 24

El amor a los Hijos-me gustaria saber que opinan-

Me gustaría saber que opinan sobre lo que dice este escrito, hecho por Malena.(copio el enlace)
Es un tema que hoy en día se toca mucho porque los adolescentes están demandantes, rebeldes,con depresión, agresividad,a temprana edad toman alcohol, fuman...no digo que todos, nono..pero sí muchos, eso nos indica que "algo pasa" o "algo falla" , por eso pido, si pueden, darnos su opinión al respecto



http://psicologia.laguia2000.com/el-amor/el-amor-a-los-hijos


"Cuando amo con respeto a mis hijos, su salud física y mental elijo.

El amor a los hijos es instintivo y sin condiciones.
Es el único amor que dura para siempre, el que no nos va a defraudar y el que se encuentra disponible y atento en todo momento.

Por eso cuando perdemos a nuestros padres aunque ya seamos adultos, la sensación de orfandad nos pega a todos tan fuerte.

El amor a los hijos se da por sobre entendido, suele ser a menudo un amor sin manifestaciones evidentes de cariño, amortiguado por la rutina, por lo cotidiano, por la vergüenza de expresar los sentimientos.}

Los hijos necesitan que los padres le manifiesten su afecto con señales más visibles que su atención, preocupación y apoyo; o sea con palabras, con gestos, con un trato diario afable y respetuoso para poder esperar que ellos cumplan con su rol de hijos.

Esto no representa para los padres un signo de debilidad, porque cumplir con el papel de padres afectuosos que expresan su afecto, no incluye dejar de lado su rol, la firmeza de las convicciones ni la disciplina.

Existe una expectativa de rol de madre en esta sociedad, que es necesario cumplir pero en forma creativa para favorecer la salud física y mental de los hijos; y que de ninguna manera representa el ideal de madre, que es algo que no existe.

La madre tiene a su cargo la protección y el cuidado de los hijos y la función de brindarle su calor y afecto, tarea que es importante que comparta con el padre.

El hogar es la contención que necesitan los hijos y los padres tienen que estar dispuestos y atentos.

La madre tiene que delegar sus tareas a una persona responsable si trabaja y facilitar la comunicación con ella para decidir sobre las situaciones que necesiten de su intervención y el padre tendrá que cumplir la tarea de autoridad y de sostenedor.


La autoridad no significa mandar, es un rol como cualquier otro que quiere decir hacerse cargo de la disciplina y responsable de asegurar el cumplimiento de las reglas.

Cuando las reglas son claras y las cumple también el que imparte la autoridad, es difícil que los hijos las trasgredan.

Es necesario que la madre mantenga a su cargo el timón de la casa, la dirección, la organización; y ser el gerente de la empresa más importante que es la familia. Porque cuando en una sociedad no se cumplen los roles familiares se produce un desequilibrio en el grupo que lleva a los hijos a comportarse en forma errática y antisocial.

Los padres pueden tener un ejército de empleados de servicio, pero su función es intransferible.

Algunas madres se sienten culpables cuando salen a trabajar, como si abandonaran a sus hijos. Pero cuando se toma la decisión de trabajar, se renuncia al ideal de madre que se ha asimilado con la cultura, que no necesariamente es la mejor madre, y se acepta elegir el rol de madre responsable que se atreve a seguir creciendo y mejorando para su propio bien y también el de su familia.

Si no renuncia a ese ideal de madre, sentirá culpa, y esa culpa la transmitirá a sus hijos que vivirán su ausencia como un abandono.

El amor a los hijos nunca se debe manifestar con sobre protección, porque los convertirá en personas débiles que necesitarán siempre vivir a la sombra de alguien más fuerte.

Proteger es brindarle sólo lo que necesitan y no más, porque es inconveniente acostumbrarlos a los excesos.

La austeridad y la sencillez hará a los hijos menos exigentes, más capaces de afrontar las adversidades, de entender a los demás y de relacionarse, y más humildes y sensibles.

El amor no debe ser un obstáculo para ver las auténticas capacidades que tienen los hijos, porque la única forma de ayudarlos es respetando sus limitaciones y desarrollando sus habilidades específicas sin prejuicios.

Los hijos no tienen por qué ser iguales a los hijos de los demás, de hecho la diferencia es lo que los hace únicos y valiosos.

Este reconocimiento es esencial para desarrollar la autoestima en los hijos, a partir de lo que piensan sus padres, las personas más significativas para ellos."

Gracias Nina por tu aporte/opinión:

En mi opinión, mejor dicho en mi experiencia, la madre no tiene un rol distinto del que desempeña el padre. Los dos aportan cosas diferentes a los hijos, pero no en función de su sexo sino de sus características personales. El padre puede dar tanto cariño y tanta ternura como la madre, y la madre puede ejercer tanta autoridad como el padre. En el tema de la autoridad tengo una opinión diferente: creo que supone mandar y, cuando corresponde, castigar. Si hay respeto, el mando y el castigo serán proporcionados y el hijo, más tarde o más temprano, agradecerá esa guía de los padres. El amor al hijo no es un valor universal sino cultural, y varía en el tiempo y en el espacio. Pero el respeto no admite matices. Lo que llamamos amor puede ser invasivo, en cambio el respeto deja espacio a los hijos para que crezcan protegidos pero libres. El respeto sin amor puede hacer bien, el amor sin respeto sólo hace daño.

1 comentario:

  1. En mi opinión, mejor dicho en mi experiencia, la madre no tiene un rol distinto del que desempeña el padre. Los dos aportan cosas diferentes a los hijos, pero no en función de su sexo sino de sus características personales. El padre puede dar tanto cariño y tanta ternura como la madre, y la madre puede ejercer tanta autoridad como el padre. En el tema de la autoridad tengo una opinión diferente: creo que supone mandar y, cuando corresponde, castigar. Si hay respeto, el mando y el castigo serán proporcionados y el hijo, más tarde o más temprano, agradecerá esa guía de los padres. El amor al hijo no es un valor universal sino cultural, y varía en el tiempo y en el espacio. Pero el respeto no admite matices. Lo que llamamos amor puede ser invasivo, en cambio el respeto deja espacio a los hijos para que crezcan protegidos pero libres. El respeto sin amor puede hacer bien, el amor sin respeto sólo hace daño.

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