domingo, diciembre 14

Ellerstina: un campeón de oro que se hizo esperar por tres años

Imagen tomada de La Nación


1 de 4 Gonzalito Pieres festeja su gol, lo corre su hermano Facundo y se suman los asistentes del equipo; Ellerstina volvió a obtener el título después de diez años
 
Foto:Rodrigo Néspolo


Polo / El 115º Campeonato Argentino Abierto Movistar


Con un gol en el suplementario de Gonzalo Pieres -h.-, venció por 13-12 a La Dolfina y se consagró ante un Palermo completo; el partido fue más intenso que lucido, y el ganador supo imponerse en el momento decisivo del partido, como no había sucedido en 2005 y 2007

Por Carlos Beer
De la Redacción de LA NACION

Hay emoción en Palermo. Mucha emoción. El podio de madera tambalea. Arriba, esos cuatro chicos de camiseta negra saltan y gritan con amigos y allegados que hacen de hinchada: "Dale campeón, dale campeón". El sol ya no brilla en la Catedral, pero lo que brilla esa copa plateada, que ilumina todo lo que está a su alrededor como si fuese la estrella más grande de la galaxia. Ellerstina Etiqueta Negra logró la consagración que tanto esperaba, ese festejo que tantas veces le burló el destino, y que ahora se le dio de la misma manera: un golazo de oro de Gonzalito Pieres a los 59 segundos del alargue para que la chapa final muestre el 13-12 ante La Dolfina Peugeot.

Se pueden escribir miles de palabras sobre el 95% del partido. Miles de libros sobre táctica, la historia del polo o el juego sólo con lo sucedido hasta la mitad del octavo chukker. Puede haber críticas, elogios, consideraciones, pensamientos. Pero nada de eso es más importante que los últimos 2 minutos 13 segundos. Allí llegaron igualados en 11, después de un partido que tuvo a Ellerstina con una leve supremacía en todo su desarrollo, aunque ese final tan equilibrado se asemejaba a un déjà vu. Flotaba en el ambiente la sensación de que la historia vivida podía repetirse. Los recuerdos de 2005 y 2007 habían llegado al Campo Argentino de golpe, intempestivamente. El presente, la vida misma, jugueteaba con el pasado...

Se acababa el octavo chukker, decíamos, y el partido caminaba rumbo al alargue. Entonces, Juan Martín Nero ?¡qué partido jugó!? se lanza en una corrida rumbo al palenque del tablero. Un golpe, otro y la bocha que entra mansita y feliz entre los mimbres. Gol. Festejos. La chapa dice 12-11 y el título está ahí, en la mano. Forman en el throw-in con menos de un minuto por jugar. La bocha la gana La Dolfina, hay un foul y un penal de mitad de cancha. Todos quieren ver, pero nadie se anima a mirar...

Adolfo Cambiaso decide jugar la bocha. Como en casi toda la tarde, aunque alternó, no tuvo la efectividad de siempre. Avanza varias yardas, llega cerca de las 60, reclama un foul, y le roban la redonda. Como en casi toda la tarde. Entonces, Lucas Monteverde entra en acción, recupera la posesión, realiza una estupenda maniobra y consigue una infracción para que Cambiaso, con un penal de lugar, iguale. El reloj marcaba 6 minutos 51 segundos. Hay alargue. Por cuarta vez seguida. Por tercera entre estos equipos...

¿Qué habrán pensado los hombres de La Dolfina? Tal vez una convicción: Palermo, otra vez, volvía a sonreírles. ¿Qué habrán pensado los hombres de Ellerstina? Tal vez una mezcla: algún miedo por el antes, alguna fuerza interior que gritaba, ensordecedoramente que esta vez la historia iba a cambiar. ¿La gente? Tensa, como todo el partido, porque éste ya es un clásico moderno. Y los clásicos se juegan más de lo que se los disfrutan. Adentro y afuera. 

(continúa)



No hay comentarios:

Publicar un comentario