Apuesta / Abrió ayer la exhibición anual de los jóvenes pintores
Cynthia Palacios
LA NACION
El principio de la exposición muestra las producciones de los últimos cursos. Y el fin, paradójicamente, supone el comienzo de un camino: el que, a su tiempo, cada alumno trazará. En la muestra anual de los alumnos del taller del maestro Guillermo Roux se respira motivación, arte, inspiración, creatividad y un espíritu joven que llena el espacio.
La muestra se inauguró ayer y en el enorme galpón de la calle Villarroel al 1400, en Palermo, no hay un lugar libre. Las paredes están repletas de cuadros que realizaron los más de 200 estudiantes que asisten al taller.
Roux, uno de pintores argentinos más destacados de las últimas décadas, la recorre con pausa y evidente orgullo. Está celebrando los diez años del taller, y los avances lo sorprenden.
Al comienzo de la exposición están las obras de los alumnos más avanzados; luego, las de los principiantes y, en el primer piso, la colgada es más personalizada: hay tres o cuatro cuadros por artista. "Ya empiezan a desarrollar su propia mancha, su propia manera de hacer, y cada uno comienza a buscar su lenguaje", contó Roux.
Otra sala tiene obras al temple de huevo, una minuciosa técnica antiquísima que mezcla yema de huevo con pigmentos. Y al fondo de la propiedad, el plato fuerte: todos los años, la muestra cuelga las obras de un ex alumno, invitado especialmente. Este año es el turno de Nicolás Oyuela, un joven de 25 años que presenta su exposición "Circo".
Entrenamiento intensoEl taller tiene un ritmo febril. Con un ciclo inicial de tres años, en el primer año se aprenden técnicas de dibujo, mientras que el segundo representa el primer año de pintura, en el que se estudian conocimientos básicos de óleo. "El tema central de tercer año es la figura humana en formatos más grandes y con paleta completa", explicó la directora ejecutiva del taller, Gabriela Hegi.
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