miércoles, agosto 26
Hoy es el Día de la Solidaridad
Un restaurante que cocina para la gente que vive en la calle
Los dueños de Sirop Folie, en Recoleta, salen cada lunes a repartir alimentos a indigentes
"Comida sobre Ruedas" empezó con un e-mail de Agustina Numer, una de las dueñas del restaurante de Recoleta Sirop Folie, en el que pedía voluntarios para preparar y repartir comida a la gente que vive en la calle.
Agustina se lo envió a sus amigos y éstos, a otros amigos. Luego se formó un grupo en Facebook y, en sólo dos semanas, casi 300 personas se unieron a la iniciativa.
El objetivo del proyecto, que empezó anteanoche, es preparar en el restaurante 40 viandas todos los lunes para luego repartirlas a la gente que vive en la calle.
La idea es formar grupos de cuatro personas para cocinar y distribuir los alimentos por distintos puntos de la ciudad. "Pero si se sigue sumando gente, vamos a armar dos grupos y se repartirán 80 viandas", dijo entusiasmada Agustina Numer, de 34 años, tras la primera experiencia, nada menos que en vísperas del Día de la Solidaridad, que se celebra hoy.
Sucede que, desde anteanoche, cuando fue la primera salida del grupo, cada vez son más los voluntarios que se quieren unir.
"Me sentí muy bien y me da alegría saber que hay tanta gente que quiere ayudar. Estaría bueno que hubiera más propuestas porque la gente está ansiosa por colaborar", sostuvo Agustina.
Pedidos
Por ahora, el proyecto no cuenta con donaciones, por eso, a cada miembro del grupo se le pide un aporte de 20 pesos para comprar envases y cubiertos descartables. Otro de los pedidos es que por lo menos uno de los cuatro convocados ofrezca su auto para ser el chofer del reparto.
"Nos juntamos los lunes a las 6 de la tarde porque el restaurante permanece cerrado y el reparto finaliza a las 21", agregó Agustina.
La dueña del restaurante afirmó que no había que ser un experto culinario para unirse al proyecto. Con saber pelar una papa o cortar una cebolla es suficiente, pues un integrante de Sirop Folie coordinará a los voluntarios.
El menú es nutritivo e incluye arroz, polenta, carnes, fideos y verduras. "No es ambicioso, no pretendemos más que esto y es un granito de arena que queremos aportar", decía el e-mail que dio inicio al proyecto.
La pretensión de la organizadora era reunir 200 personas que donaran tres horas de su tiempo y hacer que el proyecto durara un año.
El primer objetivo lo cumplió y ahora va por más. "Sería buenísimo que otros locales hicieran lo mismo, porque en un restaurante se puede trabajar a muy bajo costo y ya contás con los materiales", añadió.
Amigos solidarios
Aunque todo comenzó como una idea entre amigos, cada vez más gente se acerca al restaurante para ofrecer su tiempo.
"Una señora de 82 años llamó para decir que no podía ir a cocinar, pero dijo que igual iba a rezar por nosotros. También llamó un chico de 15 años para ver qué podía hacer", contó la dueña del restaurante.
"Tengo tantos voluntarios que se podría armar algo más. Todos los días recibo miles de llamados e incluso se han acercado proveedores que quieren donar algunas cosas", detalló la dueña de Sirop Folie.
"Comida sobre Ruedas" tiene como antecedente algo similar que hacían hace tiempo los Numer y sus amigos un día a la semana, cuando el restaurante estaba cerrado.
"Cocinábamos algo simple y luego comíamos. Un día, al ver que había sobrado comida, hicimos pequeñas vianditas que cada uno, camino a su casa y como misión especial, debía entregársela a alguien de la calle que se viera desprotegido y solo", explica el e-mail.
A medida que pasaron las semanas, el grupo cocinaba de más con el propósito de continuar con esa idea inicial y que cada uno repartiera sus paquetes de comida a más personas. "Lo que están haciendo es un verdadero Meal on Wheels [comida sobre ruedas]", dijo un amigo estadounidense de Agustina. Y el nombre quedó sellado.
El proyecto actual es más organizado. Todos los que quieran participar deben enviar un correo electrónico a sirop@siroprestaurant.com y aclarar si pueden aportar un automóvil para organizar el reparto.
"Mi única intención es que mucha gente se contagie. Me enteré de familias que lo empezaron a hacer en sus casas y eso me pone feliz", dijo Agustina emocionada
Paula Markous
LA NACION
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