Itongadol/AJN.- Por Rabino Shmuel Rabinowitz.
Este próximo Shabat es la fecha más triste del calendario judío: Tisha B’Av, el noveno día del mes hebreo de Av. Esta es la fecha en la que nuestra nación expresa su dolor y lamento por la destrucción del Templo en un número de costumbres – absteniéndose de comer y tomar, de lavarse o aplicar cremas o aceites, de usar zapatos de cuero, y de tener relaciones. Todas estas son expresiones de lamento nacional y personal a través de la cual comunicamos la tristeza y dolor de esta fecha.
Este próximo Shabat es la fecha más triste del calendario judío: Tisha B’Av, el noveno día del mes hebreo de Av. Esta es la fecha en la que nuestra nación expresa su dolor y lamento por la destrucción del Templo en un número de costumbres – absteniéndose de comer y tomar, de lavarse o aplicar cremas o aceites, de usar zapatos de cuero, y de tener relaciones. Todas estas son expresiones de lamento nacional y personal a través de la cual comunicamos la tristeza y dolor de esta fecha.
Es importante destacar que este año (5775, 2015) Tisha B’Av cae en Shabat, y entonces debido a la santidad del día y el mandamiento de respetarlo, posponemos el luto y ayuno hasta el sábado a la noche. Todas las costumbres de Tisha B’Av se mantienen desde después de Shabat hasta el domingo a la noche.
Estas costumbres no son solo externas. Su propósito es ubicarnos en el ambiente de duelo por el Templo.
Estamos al tanto de situaciones de duelo de la vida. Cuando fallece un pariente, D’s no lo permita, lo lloramos. Incluso cuando experimentamos otros tipos de pérdida, sentimos dolor y lamento. Sin embargo, cuando escuchamos sobre el luto por la destrucción del Templo, muchos de nosotros encontramos difícil entender qué estamos lamentando. ¿Qué nos falta cuando el Templo no está de pie? O, en otras palabras, cuando el Templo es reconstruido rápidamente en nuestros días, ¿cómo contribuirá a nuestras vidas?
Estas son preguntas básicas. Sin examinarlas o intentar responderlas, no podemos hacer realmente el duelo.
Primero debemos negar una noción comúnmente sostenida: El Templo no tenía como objetivo sacrificar sacrificios. Fueron sacrificados en el patio del Templo, pero no fueron la razón de su existencia. Además, cuando había personas que creían que la principal razón del Templo eran los sacrificios, los profetas los reprendieron, como encontramos por ejemplo con Isaiah: “¿De qué uso son sus muchos sacrificios para mí?, dice el Señor…” (Isaiah 1, 11).
Otra explicación que debe ser negada es que el Templo era para D’s. Esta es una concepción simplista que Shlomo HaMelech, Rey Solomon, negó resolutamente cuando dijo: “Pero, de hecho, ¿D’s morará la tierra? Observen el cielo y el cielo de cielos no puede contenerlo. Mucho menos este templo que he erigido” (Reyes I 8, 27)
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Entonces preguntamos, ¿cuál es el propósito del Templo? Y luego de eso, ¿qué estamos lamentando en Tisha B’Av?
El pasuc fundamental necesitado para entender este tema esté en el libro de Shmot, cuando D’s se dirige a Moshe y le instruye construir un templo usando estas palabras: “Y Me harán un santuario y moraré entre ellos” (Shmot 25,8). Nuestros sabios analizaron el verso y concluyeron que las palabras “entre ellos” es para mostrar que D’s residirá en los corazones de cada una de las personas de Am Yisrael.
Opuesto a las naciones que creían en ídolos que tenían un denominador común con los humanos, el judaísmo siempre ha creído en un D’s “que no tiene semblanza con un cuero ni es corpóreo”. Lo que significa que no hay comparación entre nada que conocemos y D’s. Si no, ¿cómo entendemos que la Torá nos instruya aferrarnos a D’s y caminar Sus caminos? ¿No es contradictorio?
Es por eso que el Templo fue construido, como una estructura representativa y simbólica de D’s entre humanos. Las personas iban al Templo y se conectaban con sus sentimientos más profundos y las inclinaciones más profundas de su espíritu. Esta conexión, cuando era hecha con integridad, llevaba a una profunda conexión con el Creador del hombre – D’s. Este propósito fue reflexionado en la bendición recitada por el Cohanim Cuando completaron el trabajo de los curas en el Templo: “Que Él que causó Su nombre more esta casa, haga el amor y la hermandad, la paz y la camaradería, para permanecer entre ustedes” (Talmud Bavli, Tratado Brachot, daf 12).
De hecho, los profetas fueron cuidadosos en repetir este propósito una y otra vez. No cesaron en reiterar este mensaje significativo: No hay valor del Templo cuando expresa meramente acciones rituales y externas. Si una persona no se comporta con integridad, no es compasiva, o no busca la justicia, entonces los sacrificios y las ceremonias rituales pierden todo valor. El propósito fue siempre hablar en las maneras de D’s, el camino de la justicia, la integridad, la caridad y la gracia.
Es también por esto que el Templo fue destruido. No fue destruido por un enemigo externo hasta que había sido vaciado de contenido por los pecados de la nación judía. “¿Por qué el Templo fue destruido?”, preguntaron nuestros sabios, y respondieron: “Porque contenía odio sin fundamento”. El hecho de que la nación pecara con odio sin fundamento probable que de hecho no internalizaba el verdadero mensaje del Templo – y no caminaba en los caminos de D’s.
Este es el profundo lamento por el Templo. Si somos afortunados de ver al Templo erigido gloriosamente, todas nuestras vidas cambiarán. La Torá que es adecuada a cada judío saldrá del Templo en Jerusalem y lo guiará e instruirá sobre cómo vivir una vida de valor llena de contenido moral y espiritual.
Nuestros sabios dijeron: “Quien llore sobre Jerusalem será privilegiado para mantener su alegría” (Talmud Bavli, Tratado Taanit, daf 30). Si miramos más de cerca y reconocemos qué nos falta a cada uno de nosotros por no tener el Templo, los actos externos que llevamos a cabo en Tisha B’Av serán una expresión de nuestro lamento profundo interno, y entonces seremos garantizados a mérito mantener la alegría de Jerusalem, rápidamente en nuestros tiempos, Amén
Texto e imagen Iton Gadol
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