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Por Christian Sanz
Cuando el martes 16 de agosto de 2005 apareció muerto el ex jefe de la Departamental de la Matanza, Oscar Beauvais, muchos tragaron saliva.
Y es que el curtido comisario llevaba adelante varias investigaciones sobre conocidos personajes políticos del conurbano bonaerense que a su vez estaban relacionados a oscuros negocios.
Beauvais trabajó en varios operativos de narcotráfico y fue desplazado de su cargo después de que diera una nota a una extinta revista llamada Poder que irritó al entonces presidente Néstor Kirchner.
Allí, el policía aseguraba que el jefe de Estado buscaba “perpetuarse" en el poder, que Hilda Duhalde es "una mujer jorobada y perversa", que el jefe del Gobierno porteño, Aníbal Ibarra "es un bobo del año cero" y que Cristina Fernández, "ejerce una gran influencia y se maneja muy bien en las sombras".
Para evitar suspicacias, el entonces ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, dijo que el comisario había sido pasado a retiro "porque ha cumplido con su tiempo, con su ciclo".
Línea de tiempo
La odisea comenzó hace 10 años, el viernes 12 de agosto de 2005, cuando Beauvais se retiró casi a las 9 de la noche de la facultad de Lomas de Zamora y nunca regresó a la casa que compartía con su novia, en la localidad de Ramos Mejía. Su coche, un Peugeot 206, apareció ese mismo día en la localidad de Remedios de Escalada, a unas 15 cuadras de la universidad a la que concurría. El automóvil estaba perfectamente cerrado y sin nada que hiciera presumir algún ataque delictivo.
Cuatro días más tarde, el cuerpo del policía apareció en cercanías de un zanjón en el cruce de la diagonal 58 y la calle 7, a unas siete cuadras del Camino Centenario, con cuatro orificios de bala de una pistola calibre 22 semiautomática, arma utilizada por verdaderos profesionales del crimen. Los tres primeros disparos le fueron efectuados al rostro y el restante lo ultimó en la sien. Beauvais tenía puestas las mismas ropas que llevaba en el momento de su desaparición.
El primero en querer aclarar el tema fue Aníbal Fernández, entonces ministro del Interior, quien, con gran nerviosismo, declaró que el crimen no tenía "connotación política alguna". Luego, algunos medios especularon con que se podía tratar de un drama pasional o un secuestro extorsivo. Pocos días más tarde, el tema se aclaró por completo: el exdirector general de la Policía Científica bonaerense, Daniel Salcedo, aseguró que se trataba de "un crimen por encargo". Nada más alejado de la realidad.
El principio de la trama tiene que ver con la aparición de una supuesta periodista "free lance", llamada Laura Salinardi que aseguraba trabajar para la desaparecida revista Poder y que se infiltró en el entorno del policía meses antes de que este fuera asesinado.
Según dos fuentes independientes consultadas por este cronista, Salinardi sería la responsable de la "cama" periodística por la cual se desplazó a Beauvais de su cargo en La Matanza, a través del artículo en el que este criticaba a Néstor K.
"Laura es hija de José Daniel Salinardi, famoso valijero a Suiza de Carlos Menem y trabajó como hombre de Aníbal Fernández. Creo que ella trabajó en el ministerio del Interior inclusive", aseguró a este periodista una fuente que aún conserva su empleo en la cartera de Interior.
La conversación se generó luego de que llegara a manos de quien escribe estas líneas, una carta que aseguraba que había "mucho malestar policial porque se confirma, por datos de inteligencia extranjeros que un ministro de la Nación ordenó secuestrar y asesinar al Comisario Mayor OSCAR BEAUVAIS. Este tenía data acerca de narcotráfico en Quilmes y otros temas de la zona sur. Hay una punta para investigarlo. Sería una ex contratada del Ministro del Interior".
La última parte de la carta, invitaba a sospechar que la persona referida podría ser la mismísima Laura Salinardi, pero jamás pudo este periodista hablar con la nombrada para contrastar la información "cara a cara".
Luego de la infructuosa búsqueda, llegó la confirmación de algunos de los datos a través de una tercera fuente: un ex asesor quilmeño. "Salinardi y Ledesma son dos pícaros que hicieron desastres dentro de la SIDE y que ahora operan para el ministro del Interior. Son mano de obra para hacer estragos y no tengo dudas de que estén detrás de la muerte de Beauvais". La charla con el hombre de Quilmes trajo a la memoria de este cronista la orden en la que, el 10 de agosto de 2000, Fernando de Santibañes denunció criminalmente a Salinardi y su ex esposa -Mónica Graciela Rodríguez-, por presunta estafa procesal, defraudación al Estado y asociación ilícita para apropiarse de los inmuebles de Saporiti y Osgra, empresas relacionadas al organismo de inteligencia del Estado.
Concluyendo
Los caminos para esclarecer la muerte del comisario Beauvais no parecen ser tantos ni tan difíciles de recorrer. Se trata de una persona que supo tener prestigio dentro de la fuerza, sin hechos de corrupción que lo comprometieran. Un uniformado que iba trabajar con su propio auto y no tenía bienes que hicieran sospechar enriquecimiento ilícito o corrupción.
No quedan muchas más líneas para investigar. Si no tenía dinero, seguramente Beauvais tenía información que podía poner en compromiso su propia vida.
Por otro lado, la oportuna aparición de su cuerpo en la zona de Lomas de Zamora, territorio explícito de Eduardo Duhalde, aparentó ser un aprovechamiento "político" de la situación en miras a la campaña de octubre de ese mismo año, 2005.
Y hablando de coincidencias: ¿Es casual que el mismo día en que se encontró el cuerpo de Beauvais, el piquetero oficialista Luis D'elía haya dicho que duhaldismo era sinónimo de drogas?
En ese marco, frente a un panorama de tanta incertidumbre respecto de la figura de Aníbal Fernández luego de la denuncia de Jorge Lanata, todo es posible en estos días. Incluso, que la muerte de Beauvais no se esclarezca jamás.
Mendozapost
Por Christian Sanz
Cuando el martes 16 de agosto de 2005 apareció muerto el ex jefe de la Departamental de la Matanza, Oscar Beauvais, muchos tragaron saliva.
Y es que el curtido comisario llevaba adelante varias investigaciones sobre conocidos personajes políticos del conurbano bonaerense que a su vez estaban relacionados a oscuros negocios.
Beauvais trabajó en varios operativos de narcotráfico y fue desplazado de su cargo después de que diera una nota a una extinta revista llamada Poder que irritó al entonces presidente Néstor Kirchner.
Allí, el policía aseguraba que el jefe de Estado buscaba “perpetuarse" en el poder, que Hilda Duhalde es "una mujer jorobada y perversa", que el jefe del Gobierno porteño, Aníbal Ibarra "es un bobo del año cero" y que Cristina Fernández, "ejerce una gran influencia y se maneja muy bien en las sombras".
Para evitar suspicacias, el entonces ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, dijo que el comisario había sido pasado a retiro "porque ha cumplido con su tiempo, con su ciclo".
Línea de tiempo
La odisea comenzó hace 10 años, el viernes 12 de agosto de 2005, cuando Beauvais se retiró casi a las 9 de la noche de la facultad de Lomas de Zamora y nunca regresó a la casa que compartía con su novia, en la localidad de Ramos Mejía. Su coche, un Peugeot 206, apareció ese mismo día en la localidad de Remedios de Escalada, a unas 15 cuadras de la universidad a la que concurría. El automóvil estaba perfectamente cerrado y sin nada que hiciera presumir algún ataque delictivo.
Cuatro días más tarde, el cuerpo del policía apareció en cercanías de un zanjón en el cruce de la diagonal 58 y la calle 7, a unas siete cuadras del Camino Centenario, con cuatro orificios de bala de una pistola calibre 22 semiautomática, arma utilizada por verdaderos profesionales del crimen. Los tres primeros disparos le fueron efectuados al rostro y el restante lo ultimó en la sien. Beauvais tenía puestas las mismas ropas que llevaba en el momento de su desaparición.
El primero en querer aclarar el tema fue Aníbal Fernández, entonces ministro del Interior, quien, con gran nerviosismo, declaró que el crimen no tenía "connotación política alguna". Luego, algunos medios especularon con que se podía tratar de un drama pasional o un secuestro extorsivo. Pocos días más tarde, el tema se aclaró por completo: el exdirector general de la Policía Científica bonaerense, Daniel Salcedo, aseguró que se trataba de "un crimen por encargo". Nada más alejado de la realidad.
El principio de la trama tiene que ver con la aparición de una supuesta periodista "free lance", llamada Laura Salinardi que aseguraba trabajar para la desaparecida revista Poder y que se infiltró en el entorno del policía meses antes de que este fuera asesinado.
Según dos fuentes independientes consultadas por este cronista, Salinardi sería la responsable de la "cama" periodística por la cual se desplazó a Beauvais de su cargo en La Matanza, a través del artículo en el que este criticaba a Néstor K.
"Laura es hija de José Daniel Salinardi, famoso valijero a Suiza de Carlos Menem y trabajó como hombre de Aníbal Fernández. Creo que ella trabajó en el ministerio del Interior inclusive", aseguró a este periodista una fuente que aún conserva su empleo en la cartera de Interior.
La conversación se generó luego de que llegara a manos de quien escribe estas líneas, una carta que aseguraba que había "mucho malestar policial porque se confirma, por datos de inteligencia extranjeros que un ministro de la Nación ordenó secuestrar y asesinar al Comisario Mayor OSCAR BEAUVAIS. Este tenía data acerca de narcotráfico en Quilmes y otros temas de la zona sur. Hay una punta para investigarlo. Sería una ex contratada del Ministro del Interior".
La última parte de la carta, invitaba a sospechar que la persona referida podría ser la mismísima Laura Salinardi, pero jamás pudo este periodista hablar con la nombrada para contrastar la información "cara a cara".
Luego de la infructuosa búsqueda, llegó la confirmación de algunos de los datos a través de una tercera fuente: un ex asesor quilmeño. "Salinardi y Ledesma son dos pícaros que hicieron desastres dentro de la SIDE y que ahora operan para el ministro del Interior. Son mano de obra para hacer estragos y no tengo dudas de que estén detrás de la muerte de Beauvais". La charla con el hombre de Quilmes trajo a la memoria de este cronista la orden en la que, el 10 de agosto de 2000, Fernando de Santibañes denunció criminalmente a Salinardi y su ex esposa -Mónica Graciela Rodríguez-, por presunta estafa procesal, defraudación al Estado y asociación ilícita para apropiarse de los inmuebles de Saporiti y Osgra, empresas relacionadas al organismo de inteligencia del Estado.
Concluyendo
Los caminos para esclarecer la muerte del comisario Beauvais no parecen ser tantos ni tan difíciles de recorrer. Se trata de una persona que supo tener prestigio dentro de la fuerza, sin hechos de corrupción que lo comprometieran. Un uniformado que iba trabajar con su propio auto y no tenía bienes que hicieran sospechar enriquecimiento ilícito o corrupción.
No quedan muchas más líneas para investigar. Si no tenía dinero, seguramente Beauvais tenía información que podía poner en compromiso su propia vida.
Por otro lado, la oportuna aparición de su cuerpo en la zona de Lomas de Zamora, territorio explícito de Eduardo Duhalde, aparentó ser un aprovechamiento "político" de la situación en miras a la campaña de octubre de ese mismo año, 2005.
Y hablando de coincidencias: ¿Es casual que el mismo día en que se encontró el cuerpo de Beauvais, el piquetero oficialista Luis D'elía haya dicho que duhaldismo era sinónimo de drogas?
En ese marco, frente a un panorama de tanta incertidumbre respecto de la figura de Aníbal Fernández luego de la denuncia de Jorge Lanata, todo es posible en estos días. Incluso, que la muerte de Beauvais no se esclarezca jamás.
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