Chagas
No estalla como las bombas, ni suena como los tiros.
Como el hambre, mata callando.
Como el hambre, mata a los callados: a los que viven condenados al silencio y mueren condenados al olvido.
Tragedia que no suena, enfermos que no pagan, enfermedad que no vende. El mal de Chagas no es negocio que atraiga a la industria farmacéutica, ni es tema que interese a los políticos ni a los periodistas.
Elige a sus víctimas en el pobrerío. Las muerde y lentamente, poquito a poco, va acabando con ellas. Sus víctimas no tienen derechos, ni dinero para comprar los derechos que no tienen. Ni siquiera tienen el derecho de saber de qué mueren
Eduardo Galeano
Fuente: Manos Unidas
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