A pesar de que oficialmente no es feriado ni está en rojo en los almanaques, el 1.° de agosto es un día festivo en gran parte del noroeste argentino y en Bolivia.
Este día marca el fin de la época seca; los pastores y agricultores les piden permiso respetuosamente a la Pacha, la Madre Tierra que da la vida, para abrirla y sembrarla. Ese día la Pacha se encuentra lista para recibir los regalos de sus hijos: las mejores comidas, la chicha, el vino, el alcohol, la coca y los cigarros, para que consuma.
En los pueblos la gente se prepara con antelación para la fiesta, y la noche anterior, nadie trabaja. Muchos chicos faltan a la escuela para colaborar con los mayores en los preparativos: juntan leña o ayudan a preparar las bebidas y comidas.
Al despertar: ¡a sahumar la casa!
Los lugareños, apenas se levantan, realizan el sahumado de las casas: con un hornillo o un incensario se disponen a «limpiar» toda la vivienda, que debe estar desocupada. ¡Así se espera espantar a los malos espíritus y alejar las enfermedades!
Cuando es posible se queman hierbas como khoa o muña-muña, que producen un humo con un olor intenso. Entonces ese día, el humo azul que sale de cada casa tiñe el aire del lugar, y los cerros tienen otro perfume.
La muña muña, una de las hierbas que se utilizan para «limpiar» la casa.
Fotografía: gentileza del sitio Rituales andinos.
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