Por Mariano Obarrio | LA NACION
s desprolijidades económicas limitaron la agenda presidencial en el exterior. La presidenta Cristina Kirchner está a punto de cancelar su participación en junio próximo en la Exposición de Milán, en esa ciudad, y en la Cumbre Unión Europea-Celac, en Bruselas, donde habrá más de 60 jefes de Estado europeos, latinoamericanos y caribeños para discutir sobre grandes políticas globales del desarrollo.
Pese a que ambas actividades habían entusiasmado a la mandataria, en un caso tropezó con las graves irregularidades descubiertas en el pabellón argentino de la Expo Milán, por las cuales están imputados el canciller Héctor Timerman y el secretario Secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Carlos Bianco.
En la segunda escala, se topó con un embargo preventivo de un fiscal belga, por pedido del fondo buitre NML, a las cuentas de la embajada argentina en Bruselas. "Estos problemas económicos la hicieron suspender los viajes", decían ayer en Balcarce 50. Así, sólo quedarían en pie dos actividades, previstas para Roma. Una será el encuentro con el papa Francisco, programado para el domingo 7 de junio en el Vaticano. La otra será al día siguiente. La Presidenta participará de la Conferencia de la FAO, el Organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, donde recibirá una distinción por el cumplimiento de objetivos en la lucha contra el hambre.
Si bien no lo confirmaron en la Casa Rosada, la Cancillería gestiona una audiencia con el joven primer ministro de Italia, Matteo Renzi.
"Lo único confirmado es el almuerzo con el Papa y la reunión en la FAO", dijeron ayer a LA NACION funcionarios de la Casa Rosada y de Cancillería. "No hay nada armado para Milán ni para Bruselas, todo parece indicar que no irá", agregaron.
Otras fuentes oficiales que conocen la agenda internacional de Cristina confiaron en reserva que la Presidenta ya canceló los viajes a Bruselas y Milán. Allegados al papa Francisco tenían anoche la misma información. En la embajada de Italia en la Argentina dijeron no saber nada sobre la gira presidencial.
La cancelación de su visita a Expo Milán es significativa: el pedido de audiencia de la Presidenta al Papa se había fundado originalmente en que ella iría a esa feria internacional y no quería dejar de saludar al papa argentino en su paso por Italia.
Francisco le otorgó audiencia para el domingo 7 de junio, el quinto encuentro entre ellos, que será aprovechado por Cristina para su campaña con miras a las primarias del 9 de agosto próximo. Ahora, esa audiencia se transformó en la escala central del viaje. Un argumento que podría usar la Casa Rosada para acortar la gira es la amenaza del grupo terrorista islámico EI a la Presidenta, revelada por Clarín. Sin embargo, la cancelación del viaje a Milán está emparentada con el escándalo. Luego de que LA NACION reveló graves irregularidades en el armado del pabellón argentino en la Expo Milán, que comenzó el 1° de mayo, el fiscal federal Federico Delgado imputó a Timerman y Bianco, designado "comisionado argentino" para la feria.
El pabellón, de 1907 metros cuadrados, costó US$ 10 millones, mientras que un predio similar en la feria de Yeosu, Corea, en 2012 insumió US$ 4 millones. Además, Bianco incurrió en incompatibilidades de función, no auditó a la Fundación ExportAr y envió a cuatro jóvenes funcionarios de La Cámpora con suculentos viáticos: Cecilia Crivelli, Marcelo Corvalán, Marcelo Riva y Valeria Bucci.
La marcha atrás de la Presidenta para ir a Bélgica tiene que ver, en cambio, con el embargo preventivo de la justicia belga, el 6 de mayo último, a las cuentas de la embajada argentina en Bruselas por pedido del fondo NML, de Paul Singer.
El ex ministro de Economía Hernán Lorenzino gestiona ahora el levantamiento de la medida que comprendió a las cuentas de la embajada. La cumbre UE-Celac se hará entre el 10 y 11 de junio y reunirá a presidentes europeos, latinoamericanos y caribeños. Pero la Presidenta no estará presente.